El aseo del paciente es algo elemental pues de ello dependerán la comodidad y el buen estado de ánimo del adulto mayor, indispensable para su bienestar. El aseo requiere, como todas las atenciones y servicios que le proporcionas, de tu paciencia y buena actitud. Baño El baño puede realizarse cada dos días hasta cada cinco, dependiendo de factores como el peso del adulto mayor (si lo bañas a diario, antes de un mes tendrás hernias por todos lados). Según la frecuencia de sus evacuaciones, la limpieza al darle sus alimentos, las dificultades que represente su traslado al baño por la distribución de la casa, etc. Se debe utilizar jabones neutros, o especiales que no resecan demasiado la piel (de almendra, de cacahuate, etc.), o los que proveen ciertos lubricantes apropiados para la misma. Reemplaza el tradicional estropajo por una toallita facial o por una esponja; en el mercado local hay esponjas con felpa en el lado opuesto que constituye un excelente auxiliar para el baño. El baño del adulto mayor se lo deberás dar siempre sentado, en una silla de plástico, con piernas abiertas y que cuente con un orificio para poder asear perfectamente los glúteos y sus más recónditas áreas, para impedir el desarrollo de focos de infección en esas áreas de tan difícil acceso. Seca cuidadosamente todo el cuerpo, ya que la presencia de humedad favorece extraordinariamente el desarrollo de infecciones causadas especialmente por hongos. El secado debe de ser mucho más escrupuloso en el paciente diabético. El mismo cuidado en el secado debes aplicar especialmente a los pies puesto que las infecciones que mencionaba determinan una cantidad extraordinaria de complicaciones. Éstas van desde la simple comezón o pies ardorosos hasta graves problemas circulatorios que conducen irremediablemente a la amputación de dedos o hasta del mismo pie, hecho frecuente en el paciente diabético. El aseo de los genitales del adulto mayor exige de todo tu tiento, respeto y minuciosidad, no olvides que estás tocando lo más delicado en lo referente al pudor del individuo, pero por otro lado, lo que peores olores produce y en donde más bacterias se esconden. Mencionado esto, utiliza una toallita de felpa o de algodón (toalla facial) impregnada de espuma de jabón y cuidadosamente asea a fin de prevenir cualquier irritación o infección que se pueda producir a consecuencia de una limpieza mal proporcionada.
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