Cuidado de ancianos: El cariño, el afecto y la vocación de servicio son fundamentales

A veces vemos la vejez como un tema muy lejano y que nunca nos tocará. Pero, de hecho, todos en algún momento llegaremos a esa etapa y debemos tomar conciencia de ello.  Tener familiares ancianos puede significar, incluso, tener la necesidad de recurrir a una enfermera o especialista en el cuidado de ancianos en el domicilio, pues no todo el mundo conoce las necesidades de los ancianos y cómo reaccionar ante sus enfermedades. Todos deberíamos aprender acerca de este tema ya que todos podemos vernos en esa situación de tener un pariente muy cercano en esa etapa de la vida que requiere unos cuidados especiales. 

Cuando recién nacemos requerimos de muchos cuidados y no nos valemos por nosotros mismos. Curiosamente, en la ancianidad, cuando estamos a punto de dejar la forma física, es casi exactamente como volver a ser bebés, nos volvemos dependientes de nuevo. Podemos ser los más expertos y seguir un curso para poder atender a ancianos, pero si no tenemos presente el factor humano y, sobre todo, el don de servicio, de nada nos servirá cualquier intento.

El tema de la salud mental es muy importante a tener en cuenta, pues incluye encontrar un equilibrio de la manera más natural posible (incluso terapia con flores, cromoterapia, musicoterapia y algo de biodanza), agregándole a ello una buena alimentación, acorde a la etapa en mención: la tercera edad

Las personas, por más que tengan una edad avanzada, necesitan estar rodeadas de familiares y amigos que les alegren la vida. Un anciano no es un mueble viejo sino una persona que está viva aún y tiene derecho a disfrutar de la vida al máximo, en la medida de lo posible y de acuerdo a sus limitaciones. Las personas que cuidan a los ancianos deben tener presente que lo que se espera de ellos es no solo un cuidado físico, sino también afectivo.