El hígado es el órgano interno más grande del cuerpo, y cumple una muy importante función: desintoxicar el organismo. Muchas enfermedades están asociadas a este órgano y la mayoría de ellas son bastante peligrosas, debido a las variadas complicaciones que pueden ocasionar en la salud. De estas enfermedades, la más común es la cirrosis hepática. La cirrosis hepática es, básicamente, la cicatrización y funcionamiento deficiente del hígado. Esa puede ser causada por diversas enfermedades hepáticas prolongadas, como por ejemplo la hepatitis B o C, trastornos en las vías biliares, enfermedades hepáticas congénitas o el mal uso de algunos medicamentos. La cirrosis no tiene cura conocida, pero es una enfermedad bastante tratable. Dicho esto, muchos son los síntomas y complicaciones que pueden presentar la cirrosis. Para que estés alerta de estos, nosotros en Mi Enfermera te decimos cuáles son, para que no te agarren desprevenido. Presta mucha atención, querido lector: Síntomas de la Cirrosis:#1.- Falta de apetito y pérdida de peso. #2.- Náuseas, vómitos y dolor abdominal. #3.- Coloración amarillenta de la piel, las membranas mucosas y los ojos (ictericia). #4.- Enrojecimiento y abundante sudoración de las palmas de las manos. #5.- Heces de color pálido. #6.- Fatiga constante y falta de aliento. #7.- Confusión y problemas de concentración. #8.- Mal aliento (halitosis). #9.- Acumulación de líquido en las piernas y abdomen. #10.- En los varones, impotencia y encogimiento de los testículos. Como puedes ver, todos estos síntomas pueden degenerar en diversas complicaciones de no ser atendidos inmediatamente. La cirrosis, si bien no es grave por sí misma en sus etapas más tempranas, puede llegar a causar enfermedades terminales en el hígado, haciendo necesario realizar un trasplante de éste. Así que ya lo sabes. Es importante que controles la cirrosis con un cambio de vida radical: dieta saludable baja en sal, controles de peso constante, reducción o abandono del consumo de bebidas alcohólicas (que es la mayor causante de cirrosis) y la utilización de ciertas medicinas que ayuden a eliminar líquidos. De ti depende que tu hígado esté sano. Como siempre, nuestro principal consejo es que visites inmediatamente a tu médico cuando percibas alguno de estos síntomas en ti, o en alguno de tus seres queridos. La cirrosis no es cosa de juego, y el seguir las indicaciones de tu médico sólo te traerá beneficios. Presta atención y ¡Cuídate mucho!
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